foto en blanco y negro de dos manos contando monedas, como en la parábola del mayordomo sagaz de la Biblia

El valor que enseña la parábola del mayordomo sagaz

En el Nuevo Testamento aparece el mensaje de Jesús, la enseñanza del Maestro fue transmitida en forma de parábolas, las parábolas en la Biblia resultan una forma recurrente de transmitir una enseñanza que encierra, en un sentido no literal, la manera en la que Dios desea que los seres humanos desempeñen aquello a lo que han sido llamados. Una muy controversial ha resultado ser la parábola del mayordomo sagaz.

16 Jesús contó también esto a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un mayordomo; y fueron a decirle que éste le estaba malgastando sus bienes. El amo lo llamó y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque ya no puedes seguir siendo mi mayordomo.” El mayordomo se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me deja sin trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra, y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener quienes me reciban en sus casas cuando me quede sin trabajo.” Llamó entonces uno por uno a los que le debían algo a su amo. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi amo?” Le contestó: “Le debo cien barriles de aceite.” El mayordomo le dijo: “Aquí está tu vale; siéntate en seguida y haz otro por cincuenta solamente.” Después preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto le debes?” Éste le contestó: “Cien medidas de trigo.” Le dijo: “Aquí está tu vale; haz otro por ochenta solamente.” El amo reconoció que el mal mayordomo había sido listo en su manera de hacer las cosas. Y es que cuando se trata de sus propios negocios, los que pertenecen al mundo son más listos que los que pertenecen a la luz.»Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas.

Lucas 16:1-9

1. Introducción a la parábola del mayordomo sagaz

Tenemos que leer las parábolas siguiendo la pedagogía de Pablo Freire – lo que él ha llamado la “educación problematizadora”, ya que las parábolas originalmente funcionaban en una forma similar a las codificaciones en la pedagogía de Freire, donde no se presentan historias con un significado simple o planteamientos morales bien claros.

Las parábolas de Jesús nos invitan a comenzar la conversación y discusión, y a levantar preguntas que constituyen dilemas que los oyentes deben resolver.

Estas historias tienen finales abiertos que invitan a los oyentes a entrar en un diálogo que les permiten explorar las escenas sociales que presentan y conectan las mismas con las realidades de sus propias vidas, y las realidades sistemáticas más amplias en las cuales se sienten atrapados.

Así que, las discusiones de las parábolas son un intento para conectar las escenas sociales de las parábolas a las dimensiones sociales, políticas, económicas e ideológicas de “la construcción social de la realidad”. De manera que en la lectura de las parábolas siempre nos debemos mover de lo descriptivo al análisis social.

Al estudiar así las parábolas, confrontamos más preguntas que las respuestas que podemos dar, pero ésta es la naturaleza de un trabajo interpretativo disciplinado y que constituye la esencia de la educación problematizadora que nos donó Pablo Freire.

Como todas las codificaciones de Freire, las parábolas comienzan con eventos de la vida cotidiana, como el contratar y pagar a los obreros por su labor en forma extraña y no usual, y también los conflictos entre un mayordomo «sagaz», los campesinos y un dueño ausente del lugar del trabajo.

La razón principal para Jesús al contar estas historias, también la parábola del mayordomo sagaz, es para mostrar la conexión íntima entre el Reino de Dios y la vida cotidiana.

Para poder hacer el análisis social, es importante incluir siempre en el estudio de las parábolas, cuáles son los centros de poder, así como identificar a los que están en la periferia.

Jesús propone una lectura profética de la Torah, en contraste con el uso de la Torah para controlar las vidas de los más vulnerables, especialmente la Torah en manos del Templo, de las élites que gobernaban Jerusalén y los seguidores herodianos.

La lectura de Jesús de la Torah, criticaba la injusticia y presentaba otro orden distinto, el Reino de Dios. Las parábolas de Jesús eran parte de esa estrategia, que incluía una crítica profética de los sistemas de opresión y las clases dominantes, con propuestas bien definidas de acciones proféticas.

Sin duda alguna, el Ministerio de Jesús incluía preocupaciones por los asuntos económicos y políticos.

Las cuestiones de la justicia social no eran periféricas al evangelio espiritual, sino que eran centrales en su proclamación y práctica.

Quizás sería mejor afirmar que la justicia estaba en el centro de la espiritualidad de Jesús. El estudio de las parábolas de Jesús es solamente el preludio de una tarea mayor para nuestro ministerio cristiano. Debemos aprender a contar nuevas parábolas que codifiquen y problematicen nuestro mundo, así como Jesús contó parábolas para su mundo, que hoy constituyen paradigmas para nuestra acción pastoral.

La parábola del mayordomo sagaz provee para los discípulos un modelo administrativo para su propio trabajo como líderes. Les reta a manejar la riqueza en la dirección de la justicia.

2. Analizando la parábola del mayordomo sagaz

No cabe duda, que esta controversial parábola del mayordomo sagaz resulta una historia fascinante, es Rudolf Bultmann quien considera esta parábola como “máximas sapienciales” de Jesús.

El capítulo 15 del Evangelio de Lucas se centraba fundamentalmente en torno a la “alegría” por haber encontrado lo que estaba perdido; ahora, en cambio, la atención se orienta principalmente en el capítulo 16 hacia los bienes materiales, o sea ¿qué actitud debe tomar el discípulo y cómo debe usarlos adecuadamente?

Hasta cierto punto, la temática no es tan nueva como podría parecer, de hecho, ya está prefigurada en el capítulo precedente por la conducta del menor de los hijos, que derrocha toda su fortuna viviendo perdidamente.

Pero es la parábola del mayordomo sagaz una de las que siempre ha causado más perplejidades a los comentaristas.

Desde la época patrística, la mayoría de los comentaristas antiguos, incapaces de penetrar en el significado profundo de la parábola, se contentaron con homilías edificantes sobre la necesidad de rendir cuentas de la administración.

¿Cuál es, entonces, el verdadero significado de la parábola del mayordomo sagaz?

Esta parábola del capítulo 16 del Evangelio de Lucas es controversial, pero al mismo tiempo cautivadora.

Lucas nos presenta una serie de enseñanzas dirigidas primero a los discípulos (16:1), después a los fariseos (16:14), y después a los discípulos de nuevo.

Las primeras enseñanzas dirigidas a los discípulos y después a los fariseos incluyen parábolas que comienzan con la frase: “Había un hombre rico…” Estas parábolas contienen algunos de los comentarios más sobresalientes de Lucas sobre la riqueza y la pobreza.

Es interesante ver como la parábola es un reto a manejar la riqueza a favor de la justicia.

Como afirma la biblista Sharon Ringe: “Es frecuente que se refieran a esta parábola como la parábola del mayordomo deshonesto o injusto y estos nombres ejercen una influencia para que veamos al administrador en una forma negativa. Sin embargo, la parábola no contiene ningún lenguaje sobre la honestidad… En el texto griego del Evangelio, el administrador es llamado literalmente “el administrador de la injusticia” (16:8) – una frase que está íntimamente relacionada con la visión de Lucas sobre el propio uso de la riqueza. El administrador se describe como habiendo actuado “sagazmente” o “inteligentemente”, así que esto nos hace ver el verdadero significado de la parábola (16:8ª). Es la historia del “mayordomo sagaz”. 1

3. Significado teológico y moral de la parábola del mayordomo sagaz

La sagacidad del mayordomo en la parábola del mayordomo sagaz se muestra en la forma en que transforma, reorienta y cambia la situación en medio de la crisis.

Es William Boyd quien resume la interpretación del teólogo Karl Barth sobre la parábola del mayordomo sagaz con estas palabras: “es una historia triste de cosas mal hechas que se convierte en algo como un pedazo del reino de los cielos, porque el mayordomo ha liberado a los campesinos de sus grandes deudas y ha aliviado sus cargas pesadas”.2

La cancelación o reducción de las deudas muestra que las armas de los débiles pueden producir resultados positivos en un mundo dominado por los más fuertes.

Este hombre sagaz (phronimos) (v.8ª) ha comprendido la situación crítica. Ha obrado en el último minuto, antes de que la desgracia que amenazaba por la acción del rico terrateniente destruya su vida, su trabajo y las relaciones establecidas con los campesinos.

Por su sagacidad comienza una nueva vida, con relaciones más justas. Para lograrlo tiene que dar algo de sí mismo. Según la práctica corriente, el administrador podía hacer préstamos de las propiedades del dueño, por lo que recibía una comisión en concepto de intereses; esa comisión con su correspondiente recibo o aval fiduciario, se adjuntaba a los documentos oficiales que estipulaban la cuantía del préstamo. Muchas veces, en los documentos sólo constaba el total de la deuda, es decir, la estipulación acordada, más los intereses.

Para establecer la mejor relación con los deudores, el administrador reduce de la deuda total la cantidad correspondiente a su comisión, abriendo así una puerta para un futuro más prometedor, que el difícil presente que confrontaba.

El término “phronimos” (con sagacidad, cautamente) tiene aquí y en Mateo 10:16b un significado distinto del que se le da en el resto de la tradición sinóptica, ya que generalmente se aplica al que ha sabido captar la dimensión escatológica de las situaciones humanas (Mateo 7:24; 24:45; 25:2,4,8,9; Lucas 12:42).

Como señala Joseph A. Fitzmeyer, también hay para J. Jeremías en esta parábola una dimensión escatológica. 3

4. Aplicación práctica de la parábola del mayordomo sagaz

¿Qué no enseña la parábola del mayordomo sagaz que hizo, exactamente, una cualificación del mayordomo como inteligente y sagaz, recibiendo además la felicitación del amo?

Toda excesiva acumulación en las manos de una persona o institución (ésta es la característica del hombre rico) es evidentemente una injusticia.

Cualquier carga de intereses que afecten a los más pobres es una clara violación de la Torah (Levítico 25:36-37; Deuteronomio 23:19-20).

Al reducir la deuda de los pobres, como parte de su trabajo, en la parábola del mayordomo, éste se transforma en un “administrador de la injusticia”, que refleja la “nueva economía” que Jesús propone.

Como un buen administrador él ha usado los “frutos de la injusticia” para el logro de la nueva comunidad de responsabilidad financiera basada en la justicia.

Únicamente así podemos entender las palabras de Jesús en el verso 9 donde se presenta una invitación a manejar las “riquezas injustas” para el logro del bien común.

Sin embargo, el texto continúa con el énfasis de que aunque una persona pueda usar las “riquezas injustas” para lograr la justicia de Dios, nunca podemos estar comprometidos con la justicia y al mismo tiempo dejarnos cautivar por la búsqueda de la riqueza (16:13b)

Hay una radicalidad absoluta en los textos finales (13c) – “No podéis servir a Dios y a las riquezas”.

La diversa connotación del verbo “douleuein” (servir): con referencia a Dios, indica una dependencia que enaltece una dedicación que consagra; con referencia al dinero, es una esclavitud que envilece, una obsesión que acaba por aplastar. En la parábola siguiente (Lucas 16:19-31), la figura del rico es la encarnación de lo que significa esa esclavitud.

La búsqueda febril del dinero, que subyuga y esclaviza, impedirá la dedicación sincera y absoluta al servicio de Dios.

El seguimiento de Jesús según el Evangelio de Lucas requiere una postura definida ante el tema de las riquezas.

Es en este capítulo 16 del Evangelio lucano donde encontramos las advertencias más explícitas, y las sugerencias más concretas para el uso adecuado del dinero. Es aquí en este texto de la parábola del mayordomo sagaz donde se nos presenta una concepción del tema de la riqueza y la pobreza, con énfasis muy particulares dentro del contexto de los evangelios sinópticos y dentro del Nuevo Testamento.

5. Conclusión sobre la parábola del mayordomo sagaz desde una espiritualidad reformada

“¿Qué quiere Dios de mí, de la Iglesia y de la humanidad?” Esta pregunta fue el lema adoptado por la Iglesia Cristiana Reformada al celebrar el 500to aniversario del nacimiento de Juan Calvino inspirados en sus ideas, sermones y acciones. También es la pregunta que todo cristiano debería hacerse ante cada evento de su vida.

La vida y el ministerio de Juan Calvino se centraron en esta pregunta y en el texto de I Corintios 10:31b “Hacedlo todo para la Gloria de Dios”.

Calvino fue un humanista, lo fue en grado sumo, pero superó al humanismo, ya que de un conocimiento puramente antropocéntrico, se proponía llegar al conocimiento del ser total que tiene su centro en el misterio de Dios. La ciencia de la Edad Media era la teología, el estudio de Dios. La ciencia del Renacimiento era el humanismo, el estudio de lo humano.

La ciencia de Calvino es un humanismo teológico y social, que incluye al mismo tiempo, el estudio del ser humano, de su pensamiento teológico y su práctica de la espiritualidad.

Quisiera señalar tres cualidades que Calvino señala como esenciales para la vida cristiana y que nos servirán como orientación para las acciones que debemos ejecutar para que nuestro lema pueda dar frutos en nuestras vidas personales, en la sociedad y en la Iglesia.

La parábola del mayordomo sagaz nos habla de servicio, “no puedes servir a Dios y a las riquezas”, tomando como bandera estas cualidades, nuestra vocación de servicio se enriquece y se despeja el camino para una praxis espiritual reformada que siga bien de cerca el mensaje cristiano.

  • Justicia

Uno no puede ser espiritual y vivir injustamente (Mateo 5:23-24).

La espiritualidad genuina no puede realizarse sin pagar el precio de la reconciliación hacia aquellos que tienen alguna causa contra nosotros. Es nuestra responsabilidad trabajar por la justicia en nuestro mundo como una parte intrínseca de la disciplina espiritual.

A medida que crecemos bendecidos por la Gracia de Dios tenemos que crecer también en nuestra relación con aquellos/as que nos rodean.

Debido a que nuestros vecinos/as incluyen hasta los que no conocemos, el principio de la justicia debe estar en el corazón de nuestra espiritualidad, de manera que nuestra preocupación no se limite únicamente al círculo inmediato de amigos/as, porque si fuera así nuestra fe estaría distorsionada por la privatización y el individualismo.

Me ha impresionado grandemente una de las conferencias de Jane Dempsey Douglas, también autora del libro “Women Freedom and Calvin”. Esta conferencia fue discutida en el Comité Teológico de CANAAC, donde la autora expone las tareas asumidas por Calvino en Ginebra para reflejar la justicia de Dios. Ella usa textos de uno de los sermones de Calvino sobre Deuteronomio:

“Si nosotros fallamos en apoyar a nuestros vecinos en necesidad, y no hemos tratado de enrolarnos a favor de ellos cuando necesitan ayuda, somos culpables delante de Dios”. 4

Calvino se oponía a la usura. Prestar dinero a otros puede hacerse siempre que no se cobre un interés tan alto que las personas queden endeudadas por vida. Rechazó a “aquellos que se sientan sin hacer nada, y reciben tributo del trabajo de otros”. 5

Llamó a los cristianos especialmente a reclamar “que los míos socorran a los pobres, y a ofrecer pan al hambriento”. 6

Para Calvino la justicia hacia los otros/as es esencial para cualquier clase de relación con Dios.

Como afirma Jane D. Douglas: “Para Calvino el trabajo por la justicia no es una actitud extracurricular en la escuela de la fe”. 7

  • Austeridad

El segundo aspecto distintivo de la vida cristiana es para Calvino una forma de ascetismo. Calvino insistió en que el mundo es una dádiva de Dios para disfrutar de sus beneficios y gozarnos con ellos. Por tener demasiado, o defender únicamente los deseos de poseer cada vez más, nuestros deseos se convierten en idolatría.

La actitud que tengamos hacia los bienes materiales que poseemos es central para nuestra espiritualidad.

La respuesta que demos a las necesidades humanas abre nuestras vidas para recibir la Gracia de Dios.

Calvino siempre conecta las dádivas a otros/as con las oraciones de intercesión. Él también afirmaba que es imposible orar por otros/as sin responder a sus necesidades. La oración debe estar unida a acciones concretas de ayuda.

  • Santidad

Santidad es lo que nos une con Jesucristo y que nos hace a nosotros/as participantes en las bendiciones del Espíritu Santo en nosotros/as.

Estamos llamados/as a crecer en la Gracia por el proceso que llamamos santificación.

Según Calvino el cristiano debe madurar, y vivir gozosamente una vida agradecida en respuesta a lo que Dios ha hecho por nosotros/as.

La unión mística del creyente con Cristo es el verdadero y real corazón de la santidad en la tradición reformada. Aparece a través de toda la literatura reformada y habla poderosamente del Cristo que vive en nosotros.

Estas tres características – justicia, austeridad y santidad – mantienen la vida cristiana en un balance correcto. Cada una de ellas es necesaria para ejercer la plenitud de nuestra fe y el crecimiento en la Gracia.

Para terminar, deseamos mencionar a André Biéler, quien estudió con gran rigor investigativo la vida de Calvino enfatizando su humanismo y señalando que: “lo que posibilitó el éxito de la Reforma fue la audacia con que criticó las tradiciones y las costumbres más sagradas de su tiempo partiendo de las Escrituras, y también el ardor que tuvo para encontrar una aplicación más justa a las enseñanzas de la Palabra frente a las circunstancias nuevas. En vez de encerrarnos en costumbres no exigentes, repitiendo perezosamente fórmulas antiguas, el ejemplo de Calvino nos empuja a hacer un esfuerzo continuo de renovación de nuestra fidelidad y de adaptación de nuestro pensamiento al nivel de las circunstancias de nuestro tiempo.

Corresponde hoy a los herederos de la Reforma plantearse preguntas esenciales y darles respuestas más acordes con las enseñanzas de la Santa Escritura, sin la preocupación de ningún compromiso. Esta es la contribución más importante y el servicio más útil que pueden prestar a la humanidad, siendo fieles a su vocación y prolongando su historia”.8


  1. Sharon H. Ringe, Luke, Westminster, John Knox Press, Louisville, Kentucky, 1995, p.212. ↩︎
  2. Citado por William R. Herzog II, en Parables as Subversive Speech, Westminster, John Knox Press, Louisville, Kentucky, 1994, p. 258. ↩︎
  3. Joseph A. Fitzmeyer, El Evangelio Según San Lucas, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1987, p. 45. ↩︎
  4. Citado por Jane D. Douglas en su conferencia « Calvin’s Role in Geneva’s Struggle to Reflect God’s Justice », documento fotocopiado para la Comisión de CANAAN de SERM. Deuteronomio 5:17, CO, 26, 231. ↩︎
  5. Juan Calvino, Comentarios: Salmo 15:5, Vol. 1, p. 213. ↩︎
  6. Juan Calvino, Comentarios: El Libro de Ezequiel, Traducción de Thomas Myers, Grand Rapids: WM Eardms Publishing C, 1948, Vol. 2, p. 224. ↩︎
  7. Jane D. Douglas, op. cit. p. 23. ↩︎
  8. André Biéler, El Humanismo Social de Calvino, Editorial Escatón, Buenos Aires, 1973, p. 89. Vea también de André Biéler, La Pensée Economique et Sociale de Calvin, Librairie de l’Université de Genève, Glory and Cte S.A., Genève, Suisse, 1959. ↩︎
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *