La participación de las mujeres en la obra misionera de la Iglesia Primitiva nos muestra que el trabajo de las mujeres fue similar al de los hombres como Bernabé, Apolos o Pablo. La extraordinaria vida de Lidia de Tiatira así lo demuestra
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Contexto histórico de Lidia de Tiatira
La participación de las mujeres en la obra misionera de la Iglesia Primitiva, como la de Lidia de Tiatira, nos muestra que el trabajo de las mujeres fue similar al de los hombres como Bernabé, Apolos o Pablo.
Muchas de las mujeres conversas al cristianismo, incluída Lidia de Tiatira, eran ricas y prominentes. (Hechos 17:4, 12)
Era muy común que al ser bautizadas con todas y todos los integrantes de la familia, tomaran la dirección de las casas culto.
En Filemón 2, Pablo saluda a Apia “nuestra amada hermana”, quien junto con Filemón y Arquipo fue una de las organizadoras de la Iglesia de Colosas.
La Iglesia de Filipos comenzó con la conversión de Lidia de Tiatira. (Hechos 16:14 y ss).
El autor de Colosenses menciona a Ninfas de Laodicea y “la iglesia que está en su casa” (Col 4:15).
Pablo envía saludos a la pareja de misioneros Priscila y Aquila y a la iglesia que está en su casa”. (I Corintios 16:19 y Romanos 16:5).
Pablo escribió la primera carta a la comunidad de Corintios porque había inquietud y problemas entre los miembros de la casa culto de una mujer Cloe (I Corintios 1:11).
El trabajo misionero de las mujeres no fue iniciado únicamente por Pablo, porque él testifica que había una obra misionera igual a la de él iniciada por María, Trifena, Trifosa y Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. (Romanos 16:6, 12).
Pablo usa el mismo verbo griego que usualmente usaba para caracterizar su propia obra misionera, el trabajo evangelizador y de enseñanza de otros y de él mismo.
En Filipenses 4; 2,3 s. Pablo menciona que Euodia y Síntique han luchado “lado a lado con él”.
Como en una competencia atlética, las mujeres estuvieron luchando con Pablo, Clemente y el resto de los enviados y comisionados de Pablo por la causa del evangelio.
Romanos 16 menciona a dos de las mujeres más prominentes en las iglesias paulinas. La primera es Febe, quien recibe el título de diácono y prostatis (protectora). Los exégetas señalan la importancia de estos dos títulos dados a una mujer, asimismo traducen el título diácono usado por Pablo, dado por él a los hombres y usado por él mismo, como ministro o diácono, pero en el caso de Febe lo traducen como sirviente o diaconisa.
Pero en I Corintios 3:5, 9 Pablo usa el título como intercambiable con el término “synergos” que significa co-obrero misionero.
Como comisionada por Pablo, Febe recibe como otros misioneros, una carta de recomendación. (Romanos 16:1).
El segundo título de Febe, prostatis (protectora) es traducido usualmente como ayudadora o patrona y aun en la literatura de nuestro tiempo tiene la connotación de oficial, presidente, gobernador, o superintendente. La forma del verbo usada la vemos con claridad en I Tesalonicenses 5:12 donde se advierte a la comunidad que tienen que respetar “a aquellos que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan”. I Timoteo 3:4-5, 5:17, el verbo caracteriza las funciones de obispo, diáconos o ancianos. Febe tenía entonces, una función de liderazgo en la comunidad de Cencrea y era la persona con autoridad para muchos y para Pablo también.
Priscila, con su esposo Aquila, fue una colaboradora de Pablo, Bernabé, Tito y Apolos. Dado que su nombre es mencionado cuatro veces antes que su esposo, de las seis veces en que ellos se mencionan en las Escrituras, ella era considerada la primera persona en el liderazgo de la comunidad. Pablo llama a esta pareja “sus colaboradores” y señala que no solamente él, sino que “todas las iglesias de los gentiles” den gracias por ellos. Su casa fue un centro misionero en Corinto (I Corintios 16:19) y en Éfeso (Hechos 18:18) y Roma (Romanos 16:5)
El liderazgo de las mujeres en la Iglesia Primitiva era excepcional, no solamente para los estudiosos del judaísmo y del mundo greco-romano, sino para toda la Iglesia hoy, siendo Lidia de Tiatira una de sus privilegiadas figuras.
Lidia de Tiatira como organizadora de la primera casa culto en Europa
La estructura de Hechos 16:12-40 es importante en nuestra discusión, porque es Lidia de Tiatira quien provee un lugar de reunión para los cristianos.
No es accidental que Lucas enfatice en Hechos 16, la conversión de una mujer (16:12-15, 40) y un hombre (16:23-35). Parece que Lucas tenía la intención de presentar cierto paralelismo hombre -mujer, para resaltar la calidad de las mujeres y los hombres en el plan de salvación de Dios, y su igual importancia en la formación de las nuevas comunidades.
Este gesto de la hospitalidad compartida nos muestra que el evangelio triunfó en medio del lugar de reunión de los judíos (16: 14-15), y en medio del lugar de reunión de los romanos (16: 18-19) y en la prisión (16: 25-26).
Era el triunfo sobre los poderes naturales y sobrenaturales, aún si se enseñoreaban en las cárceles o si eran poderes demoníacos que trataban de desestabilizar a seres humanos y a la sociedad.
Además, Lucas deseaba señalar que la única forma en que el Evangelio y sus seguidores pudieran existir dentro de los confines del Imperio Romano era creando sus propios espacios en las casas.
Así que, Lucas selecciona a una mujer, Lidia de Tiatira, para abrir ese lugar, ese espacio vital para los cristianos.
De esa manera mostró que la fe, aunque no se podía liberar totalmente del Imperio Romano, no estaba sometida al Imperio, ni a las autoridades del Imperio Romano.
La conversión de Lidia de Tiatira.
No se puede considerar a Lidia de Tiatira como una mujer de Macedonia, porque Lucas la presenta como viniendo a Filipos desde su ciudad nativa de Tiatira, famosa por su producción de buenas telas y especialmente famosa por la púrpura (tintura que se sacaba gota a gota de cierto marisco, que eran moluscos pequeños). Era tan costosa que una libra de la tela teñida equivalía como a 100 dólares o 160 francos suizos.
Quizás Lidia era dueña del negocio o representaba una importante firma comercial de Tiratira. Tal vez, ella como negociante se movió hacia el lugar donde podía tener un mejor mercado con los deseos y necesidades de la Roma Imperial.
Es evidente que Pablo estaba decidido a comenzar una iglesia local con un grupo de mujeres convertidas.
Según el libro de los Hechos de los Apóstoles, la ciudad de Filipos fue la primera ciudad de Europa donde se predicó el mensaje del Evangelio.
Pablo llegó allí el año 40 después de Jesucristo. Los primeros convertidos europeos, fundadores de la Iglesia de Filipos fueron:
- Lidia de Tiatira, una mujer comerciante.
- Una esclava.
- Un soldado
En ellos estaban representadas todas las clases sociales en una extraordinaria mezcla de la sociedad pluralista y multicultural.
Lucas nos dice que Pablo y Silas fueron en sábado a la orilla del río, fuera de las puertas de la ciudad y se sentaron (adoptaron la postura de los judíos rabinos), y les enseñaron el evangelio a estas mujeres reunidas allí para la oración.
Eran necesarios diez hombres para cualquier servicio religioso judío en la sinagoga. Ninguno es mencionado aquí en este encuentro de mujeres. Así que ésta fue una reunión a orillas del río “fuera de serie”.
Entre ellas había muchas simpatizantes del judaísmo, pero había una mujer prominente, gentil, “temerosa de Dios”, que vino también con los miembros de su hogar.
El viaje a Macedonia fue obra del Espíritu Santo y dela Revelación de Dios, así que la conversión de Lidia tenemos que verla como Obra de Dios. Ver Hechos 16: 6-10.
Dios deseaba que entre los primeros convertidos de Macedonia estuviera Lidia de Tiatira, de manera que la Iglesia en Europa tuviera un buen hogar y un buen comienzo.
Lidia de Tiatira respondió a la Gracia de Dios en su vida rogándole a Pablo que aceptara su hospitalidad.
Lucas quiere mostrarnos que ésa era la puerta para comenzar la iglesia en Filiaos.
Cuando Pablo y Silas salen de la prisión van a casa de Lidia de Tiatira (16:40) en lugar de ir a la casa del carcelero de Filipos 16:34). Esta mujer que era miembro de uno de los grupos marginales fuera del círculo judío en el cual ella nunca recibiría el signo del Pacto, se convirtió en una figura central en esta Iglesia local y la primera convertida en Europa.
Impacto de las acciones de Lidia de Tiatira en la historia de la Iglesia.
Esta historia de Pablo y Lidia de Tiatira es en cierta forma como una contraparte abreviada de la historia de Pedro y Cornelio en Hechos 10. El paralelismo hombre – mujer de Lucas de nuevo funciona. La primera convertida en Europa y el primer gentil convertido.
El ministerio de la hospitalidad era importante en la Iglesia Primitiva, así como en Israel (I Reyes 17:7-24., II Reyes 4:8-37, 8: 1-20, Job 31:32).
El término usado en el Nuevo Testamento para la hospitalidad es “filoxenia”. Se refiere no al amor por personas extranjeras, sino al placer de la relación huésped – anfitrión, en los ministerios del dar y el recibir para todas las personas que participan en el intercambio.
La hospitalidad crea un espacio seguro y acogedor para que las personas encuentren su propio sentido de humanidad y dignidad.
Las mujeres estuvieron siempre muy envueltas en este ministerio de la hospitalidad como el caso de otras Mujeres líderes en los orígenes del cristianismo, que te proponemos en este mismo blog.
Los cristianos debemos gozarnos en recibir en nuestros hogares e iglesias a aquellos en necesidad porque así de acuerdo con el Evangelio recibimos a Cristo.
Es el mismo énfasis que desde la década de los 70 tiene el Consejo Mundial de Iglesias, la formación de “la comunidad de mujeres y hombres en la Iglesia”
El llamado de Hechos 16 es a tener una Iglesia abierta, una Iglesia inclusiva, una Iglesia donde la mujer tenga plena ciudadanía, una iglesia hospitalaria, de puertas abiertas, de brazos abiertos de corazones abiertos.